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La voz de Amancio

De no haber vivido en Cuba no se que hubiera sido de mi hijo

“Mi hijo es un milagro de la medicina cubana, de no haber vivido en Cuba no sé qué hubiera sido de él, pues yo soy un simple trabajador y mi familia es muy humilde.
Así, con orgullo y satisfacción, expresa Donato Ortega Falls, padre de Frank Ernesto Ortega Celada, quien fue sometido a una compleja intervención quirúrgica debido a  una afección hepática que le provocó innumerables complicaciones.
“Nunca perdieron la esperanza los médicos y nos alimentaban cada día para creer en el milagro de que si se podía salvar y hoy está ahí recuperándose para satisfacción mía, de su mamá y de todos los que lo queremos bien”.
Con emoción contenida, reveló que no hubo un momento de descanso tanto para los médicos tanto de Amancio, en Las Tunas y  hasta La Habana donde pasaron varios meses luchando ante cada adversidad.
Este hombre, quien labora en la Empresa Azucarera Amancio Rodríguez, se pregunta qué hubiera sido de él sin la Revolución, pues una operación de ese tipo cuesta en el capitalismo más de 250 Mil Dólares, sin contar los gastos del tratamiento posoperatorio.
Por eso, Donato se siente agradecido de ese gesto noble de la Patria que lo vio nacer, y de la voluntad política del sistema socialista cubano para devolver la vida a todo ciudadano sin importar el color de la piel, credos, posición social o raza.
Y aunque el bloqueo genocida impuesto por el gobierno de los Estados Unidos no permita adquirir medicamentos que son indispensables para la recuperación de Frank Ernesto Ortega Celada, nada en el mundo es capaz  de detener la obra humana, solidaria y sin precedentes que consolida a diario la Revolución Cubana.

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